LOS REFUGIOS DE LA "POSICIÓN JACA"
En el verano de 1937 España llevaba un año dividida por la guerra civil, que había llegado a las puertas de la capital en noviembre de 1936. Desde entonces la ciudad se encontraba semicercada y sometida a asedio. En la Ciudad Universitaria apenas había unas decenas de metros entre las trincheras enemigas y en varios emplazamientos se habían instalado baterías artilleras que sometían a la ciudad de Madrid a bombardeos cotidianos.
Acontecimientos históricos
El ejército de Franco había fracasado en su intento por tomar Madrid por medio de un ataque directo en noviembre de 1936. Entre diciembre de ese año y enero de 1937 fracasó así mismo un intento de dar amplitud al ataque por el norte. A continuación se intentó aislar la capital mediante una amplia maniobra envolvente por el sureste. Esto condujo a las batallas consecutivas del Jarama (febrero de 1937) y Guadalajara (marzo de 1937). El cerco sobre la capital se estrechó aún más, pero no se consiguió aislarla. Tras el último fracaso, Franco abandonó la lucha por Madrid, aceptó la perspectiva de una guerra larga y trasladó su esfuerzo al norte, con idea de liquidar este frente y debilitar a la República. La iniciativa en el centro pasó entonces a ésta. La primera semana de junio de 1937 el recién creado Ejército Popular fracasaba a su vez en la primera ofensiva que emprendía (batalla de la Granja). Esta operación se había concebido como prueba para otra más ambiciosa que se desarrolló al mes siguiente en Brunete. Su objetivo era copar a las fuerzas que asediaban Madrid, pero tras un arranque prometedor la batalla derivó en un choque de carneros sin apenas variación final en el frente. En este contexto surgió la “Posición Jaca”
La Posición Jaca
“Posición Jaca” era en nombre en clave que recibía el Puesto de Mando Cuartel General del Ejército Centro republicano (entonces mandado por el general Miaja). Hasta entonces había estado, primero en el palacio de Buenavista (Ministerio de Defensa) y después en el ministerio de Hacienda, en la calle de Alcalá, donde se habían habilitado sus sótanos como refugio. Este emplazamiento estaba al alcance de la artillería enemiga y por su naturaleza de centro de mando militar atraía el fuego. Además estaba situado en una zona repleta de objetivos militares que eran atacados frecuentemente: observatorios de la Telefónica, Callao, Santa Cruz, etc.
El traslado de este centro de mando al lugar más alejado del frente en la periferia de la capital ofrecía muchas ventajas. La finca de El Capricho, por entonces incautada resultaba un buen lugar: aislada, lo que facilitaba su vigilancia y discreción, lejos de la ciudad, pero no demasiado, cerca de la carretera de Barcelona y el aeródromo de Barajas para asegurar las comunicaciones y en su caso la huida. El traslado fue ordenado a principios de agosto de 1937, por lo que podemos suponer que en las semanas o meses anteriores se habrían realizado las obras y acondicionamientos necesarios en la finca para alojar este complejo centro de mando.
Un telegrama nos ofrece el momento exacto en el que se verificó el traslado:
La Posición Jaca empieza a funcionar como Puesto de Mando el 5.08.37 a las 23,45 horas.
La “Posición Jaca” comprendía todas las infraestructuras y personal del Puesto de Mando del Cuartel General del Ejército centro. El palacio de los duques de Osuna, la casa de Oficios y los demás edificios existentes eran insuficientes, por lo que se fueron añadiendo nuevos pabellones y barracones con diferentes funciones (alojamiento de tropa, estación de radio, etc.). También eran necesarios los refugios, pese a hallarse lejos del peligro inmediato que había en Madrid. La aviación podía alcanzarlos y también podía avanzar el frente quedando el Cuartel General bajo fuego. Para hacer frente a esta amenaza se diseñó y construyó un nuevo tipo de refugio.
Los refugios de la Posición Jaca
En el Capricho se construyeron varios refugios, pero el más conocido es el llamado “bunker de Miaja”. Esta denominación popular se debe al carisma del general defensor de Madrid, que ha otorgado su nombre al refugio, aunque su sucesor en el mando del Ejército Centro, el coronel Casado estuvo más tiempo al frente del mismo, pero su figura no ha calado en el genio popular.
Este refugio se construyó junto al palacio de los duques, donde se alojaban las oficinas del Cuartel General, en la zona más interior de las tres en las que estaba dividida la finca y a la que sólo tenía acceso los oficiales y personal destinado en el mismo. No era un refugio para todo el personal de la Posición Jaca, por otro lado demasiado numeroso para la capacidad teórica máxima de este subterráneo, que era de 200 personas. Sólo el batallón destinado a la protección del cuartel General superaba con creces esa cifra.
La idea con que se pensó este refugio era que el Estado Mayor pudiese seguir cumpliendo su misión desde su interior aun estando bajo fuego (artillería o aviación). Para ello se diseñó con una planta muy diferente a la de los refugios civiles construidos en Madrid y se le dotó de conexión telefónica, eléctrica, agua corriente y se instalaron generadores y todo lo necesario para que el personal pudiese continuar su trabajo de mando hasta dos semanas sin otro contacto con el exterior que el telefónico.
El refugio quedó enterrado a más de 10 metros de profundidad, lo que le convertía en seguro contra proyectiles de artillería de hasta 155 mm. y de bombas de aviación de hasta 100 kg, que era el estándar de la época. Ante la posibilidad de ataques con gases
asfixiantes todo su interior se hizo estanco, con puertas metálicas con cierre de volante y junta de goma, como las de los submarinos, encargándose la Marina de visar su estanqueidad. La renovación del aire corría a cargo de ventiladores eléctricos, que lo captaban en altura por medio de chimeneas, pues el gas es más pesado que el aire y tiende a pegarse al suelo. Como medida de seguridad adicional estaban los filtros de aire y el mantenimiento de una sobrepresión respecto al exterior.
Sección y planos del refugio levantados por la Escuela Taller en 1987 |
Todas estas características hacen de este refugio una de las obras defensivas más singulares de la Guerra Civil Española y lo convierten en precedente de los refugios de Puestos de Mando generalizados durante la II Guerra Mundial y la Guerra Fría. El Capricho fue pionero y su diseño se debe a los ingenieros militares españoles.
Este refugio nunca fue atacado por el enemigo, y el único episodio bélico ocurrió en marzo de 1939, en la llamada "Semana comunista de Madrid" o "guerra de Casado", en el marco de los combates entre casadistas y comunistas. La "Posición Jaca" fue asaltada por los guerrilleros comunistas y abandonada por los casadistas, produciéndose combates en el cercano castillo de Barajas.
Miaja y Casado |
Además de este excepcional refugio se conservan otros dos de diseño más clásico en el Capricho: los llamados “polvorín” y “galería de escape”.
Recordemos finalmente que la “Posición Jaca” era todo el conjunto de instalaciones y personal destinado en el Cuartel General del Ejército Centro, y no sólo el llamado “bunker de Miaja”.
Después de la guerra, la finca fue devuelta a sus propietarios (la familia Bauer, que había sido expropiada en 1936) y el refugio quedó abandonado e inundado. En los años 70 se rodaron varias películas. En 1974 el Ayuntamiento de Madrid pasó a ser propietario del parque y el subterráneo.
P. Schnell